El potencial de la bioeconomía atrae inversiones en la Amazonía

La bioeconomía, un modelo de producción sin pérdida de biodiversidad, es una de las principales apuestas de desarrollo en la transición hacia una economía baja en carbono, necesaria para enfrentar el cambio climático. En la Amazonía, los resultados positivos de esta forma sostenible de negocio atraen cada vez más inversiones de gobiernos y del sector privado.
El Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés) señala un potencial global de 7,7 billones de dólares en oportunidades de negocio hasta 2030, según el informe Una Oportunidad de Negocio que Contribuye a un Mundo Sostenible (en inglés).
En la capital de Pará, Belém —ciudad sede de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), en noviembre—, el estudio Bioeconomía de la Sociobiodiversidad ya apuntaba en 2021 la capacidad de incrementar las cadenas productivas del bosque en R$ 170 mil millones hasta 2040.
Centro de Innovación y Bioeconomía
Una de las obras que preparan la región para los debates de la COP30 es el Centro de Innovación y Bioeconomía de Belém (CIBB). Con una inversión de R$ 20 millones, una fuerza conjunta entre los gobiernos federal, municipal y la empresa Itaipú Binacional resultará en la revitalización de una casona histórica para albergar 20 nuevas iniciativas en desarrollo.
La idea es que el espacio funcione como un lugar de divulgación del modelo económico y también como base de un ecosistema de apoyo a los negocios, como el de Izete Costa, conocida como doña Nena, quien produce chocolate y otros derivados del cacao en la Isla del Combu.
Ribereña e hija de agricultores, doña Nena creció navegando por el Río Guamá con sus padres para vender el cacao nativo en la parte continental de Belém.
Con el paso de los años, el cambio climático y la creciente demanda de otros cultivos llevaron a la empresaria a presenciar la reducción de los cacaotales en la región. “Solíamos bajar con tres, cuatro canoas llenas de frutos de cacao. Hoy, mis hermanos no bajan ni con una”, dice.
Preocupada por la permanencia del fruto en la isla y buscando valorizar ese recurso natural, doña Nena inició una búsqueda por la mejor forma de procesar el cacao y agregar valor a la producción local. De forma artesanal, comenzó a producir chocolates a partir de lo que se plantaba y cosechaba en su patio y en el de sus vecinos.
En 20 años de trabajo, la empresa de doña Nena beneficia actualmente a 16 familias que, como ella, viven del manejo sostenible de la Floresta Amazónica, sin necesidad de deforestar o abandonar la región en busca de otras oportunidades.
Estas familias tienen a agua potable mediante un sistema de captación de lluvia. El procesamiento del cacao también financió mejores condiciones de saneamiento e infraestructura para recibir turistas, que fortalecen la cadena productiva sin necesidad de intermediarios.
La empresaria siente un gran orgullo por este trabajo, que permite la conservación del bioma, pero destaca que aún no es una realidad para el resto de la región.
“El pueblo necesita mantener el bosque en pie, ¿no? Lo necesita. Pero también necesita agua tratada, saneamiento básico, un montón de cosas, atención en salud, que es lo que hace que se queden aquí. Porque muchas veces se van, y viene otra persona que deforesta. Porque no tienen las condiciones adecuadas para mantenerse aquí”, afirma doña Nena. La solución que propone la empresaria es más inversión en asistencia técnica y apoyo a los productores locales.
Atraer inversiones
Según la secretaria adjunta de Bioeconomía del estado de Pará, Camille Bemerguy, para atraer inversores, el gobierno estatal lanzó el PlanBio Pará, que traza una estrategia de valorización del patrimonio genético y fortalecimiento de las cadenas productivas, con ciencia e innovación.
“Es un plan de Estado, no un plan de gobierno, para garantizar la continuidad, en el que se establecen nuevas bases de uso del suelo y del bosque. Entonces, la bioeconomía está anclada dentro de ese plan, lo que crea un nuevo entorno para ello, brindando seguridad jurídica a quienes desean invertir aquí”, afirma.
Según la gestora, aunque los pueblos del bosque ya llevan a cabo la bioeconomía desde hace muchos años, la forma extractivista como se desarrolló el sector en los últimos tiempos tuvo que ser revisada y adaptada a prácticas más sostenibles. Además de esa revisión, también se estudiaron formas de escalar la producción y dar mayor visibilidad a los productos finales, explica Camille.
El PlanBio también prevé la construcción del Parque de Bioeconomía e Innovación de la Amazonía, que está en marcha a orillas de la Bahía de Guajará, en el proyecto Porto Futuro 2. Según el gobierno local, se están invirtiendo R$ 300 millones en la restauración y adaptación de almacenes de la antigua zona portuaria de Belém.
El lugar albergará las estructuras del Observatorio de la Bioeconomía, del Centro de Cultura Alimentaria, del Centro de Sociobioeconomía y un Centro de Turismo de Base Local.
Según Camille Bemerguy, las inversiones ya se reflejan directamente en la estructuración del sector, antes con pocas iniciativas innovadoras y poco preparadas para mantenerse en el mercado.
“Antes tenías unas 70 startups, y la mayoría no llegaban lejos, porque no tenían condiciones para avanzar. Solo una sobrevivía al final, como un producto viable con al mercado. Hoy ya tenemos cerca de 300. Con el Parque de Bioeconomía e Innovación del estado, queremos atraer al menos 200 startups más”, resalta la secretaria.
Bemerguy subraya que, con el sector más estructurado, el estado también espera sacar a los emprendedores de la informalidad y alcanzar, con la bioeconomía, el 4,5% del Producto Interno Bruto (PIB) de Pará hasta 2030. “Hay que desbloquear ciertos elementos para que ese desarrollo no sea, otra vez, solo un ciclo más, sino que sea transformador. Entonces, vamos a mejorar toda esa parte de infraestructura, conectividad, visibilizar a esos actores que están aquí y que tanto han contribuido a este desarrollo”, concluye.
La reportera viajó por invitación del gobierno de Pará.


